viernes, 20 de noviembre de 2015

Día de la Soberanía Nacional-Discurso del Concejal Rodolfo Toto Manson en San Martín de los Andes

Vecinas, vecinos, autoridades, pueblo de San Martín de los Andes, buenos días.
Hace hoy 170 años que en la otra orilla de la Patria, sobre el río Paraná, un Pueblo heroico, audaz y valiente, enfrentaba con astucia y con coraje la soberbia de los dos Imperios que con la fuerza de las armas y de sus inmensos recursos económicos imponían su ambición en todo el mundo.
Eran los tiempos de la expansión Inglesa y francesa que en nombre de la Civilización que pretendían imponer, llevaban su saqueo y sus crímenes al globo, para extraer las materias primas de los territorios sometidos y alimentar sus industrias, estableciendo un nuevo sistema  colonial.
La ambición Capitalista no estaba dispuesta a tolerar que en las tierras donde fueron rechazadas las invasiones de 1806 y 1807, se pongan límites al modelo que convertía a las periferias en territorios extractivos, proveedores de materias primas y compradores de las industrias que multiplicaban sus ganancias con sus mercados globales.
Los mismos que se dedicaron a la piratería en el Caribe, al tráfico de esclavos en África  y a contaminar de opio el Oriente, buscaban con las armas, lo que su diplomacia no había logrado: penetrar libremente el territorio nacional, inundándolo de telas de Manchester y tejidos de Liverpool, en detrimento del incipiente desarrollo de las industrias artesanales del Noroeste argentino, incapaces de enfrentar la maquinaria británica sin protección aduanera.
Esa mañana en Obligado, la astucia de los soldados gauchos del General Lucio Mansilla, había atravezado el río con tres enormes cadenas, sujetas a barcos con explosivos, y disponiendo en la costa baterías de apoyo para dañar y dificultar la ofensa del paso por el litoral Argentino de las armas y el comercio Imperial.
Doscientas cincuenta vidas quedaron en esas orillas. Seiscientos cuarenta y nueve más quedaron en las Islas Malvinas muchos años después. 
La dignidad de la defensa encarnada por ese Pueblo, conducido por Don Juan Manuel de Rosas, concluyó con el levantamiento de bloqueo Inglés en 1847 y del Francés en 1848.
El general San Martín  tras estas acciones dispuso que  “El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sur le será entregado al general Juan Manuel de Rosas, como prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
No faltaron en esos tiempos los cipayos y entreguistas, que en medio de la defensa patriótica planeaban cómo disponerse ante un escenario de derrota de las posturas nacionales. No faltaban los miserables que apostaban a los poderosos del mundo en contra de su propio Pueblo. No faltaba la palabra timorata que hablaba de civilización en medio de las masacres.
Hoy, a diecisiete siglos, de nuevo y cada día esta en juego la Patria. Hoy también el mundo es testigo de la depredación capitalista expresada en la cultura del descarte, que depreda la Tierra y depreda a la humanidad, con sus secuelas sangrantes de bombardeos en medio oriente y su repique de terror en Europa.
Hoy la especulación financiera y la voracidad de los buitres pretenden volver a doblegarnos. Quieren volver a castigar nuestra insolencia. Y quieren que los recursos naturales, el petróleo de Vaca Muerta, los acuíferos, y la inmensa capacidad de producir alimentos  vuelvan al control de la banca y los organismos internacionales.
Hoy los espejitos de colores y los globos en las esquinas deslumbran a más de un distraído.
Pero como en 1845, será tarea del Pueblo defender sus propios intereses, su propia dignidad, honrar a aquellos que fueron sangre y labor para su Patria, honrar a los caídos en Obligado y en Malvinas, que fueron escondidos y ahora son causa de la Patria Grande de América del Sur. 
Será tarea de cada uno cumplir con nuestra historia y nuestro presente, pero sobre todo será nuestra tarea cumplir con cada niño y con cada niña, con cada uno de los que está naciendo, hacerlos crecer en un país Libre y Justo, que no quede esclavo de ningún interés extranjero.
Será tarea nuestra tener memoria y tener futuro, hoy en cada rincón de la Patria, recordando a los Héroes de la Vuelta de Obligado, sembrando un mañana de dignidad abonado en nuestra tierra, para cumplir con nuestro deber de Pueblo

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