lunes, 29 de junio de 2015

2015 Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres


El Poder Ejecutivo declaró a 2015 como el Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres. Se auspiciarán actividades, seminarios, conferencias y programas educativos que contribuyan a la difusión de evento histórico.
Mediante el decreto 28/2015 firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el Gobierno nacional declaró a 2015 como el año de el “Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres”.
La medida, publicada hoy en el Boletín Oficial, explica entre sus considerandos “que el denominado Congreso de los Pueblos Libres también conocido como Congreso de Oriente, Congreso Oriental o Congreso del Arroyo de la China, reunido a partir del 29 de junio de 1815 en la ciudad de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, constituyó un acontecimiento de gran importancia histórica, siendo considerado como la Primera Declaración de Independencia del Río de la Plata”.

Señala que “en dicho Congreso, convocado por Don José Gervasio Artigas, participaron representantes de las Provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes y de la Banda Oriental (las cuales conformaban la “Liga de los Pueblos Libres”) y se trataron diversos asuntos tales como la organización política; el comercio interprovincial y con el extranjero; la política agraria, así como también la protección de la producción y del consumo interno”.

El Decreto indica además que,  entre otras medidas, “el Congreso llevado a cabo en la localidad entonces llamada Villa del Arroyo de la China (actual ciudad de Concepción del Uruguay) resolvió proclamar la Independencia respecto de todo poder extranjero, la reforma de los reglamentos de tierras y de aranceles y la organización institucional federal”.

Por otro lado, el Decreto destaca que “el Congreso de 1815 no tuvo un objetivo separatista del resto de las provincias, representando un importante antecedente de la Declaración de Independencia llevada a cabo en Tucumán el 9 de Julio de 1816; reafirmando las bases para la organización republicana y federal de nuestro territorio”.

El Poder Ejecutivo decidió así que “durante el año 2015, toda la papelería oficial a utilizar en la Administración Pública Nacional, centralizada y descentralizada, así como en los Entes autárquicos dependientes de ésta, deberá llevar en el margen superior derecho un sello, con la leyenda 2015 - Año del bicentenario del Congreso de los pueblos libres”.

Además, en el artículo tercero indican que “el Poder Ejecutivo Nacional auspiciará actividades, seminarios, conferencias y programas educativos que contribuyan a la difusión en el país de los hechos alusivos al Congreso de los Pueblos Libres”.

Por último, se invita “a los Gobiernos Provinciales y al de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir al presente decreto”
PRESIDENCIA DE LA NACIÓN

Sucedió un 29 de junio

En 1784  nace Pedro de Angelis, fue uno de los primeros historiadores del país. Sus restos se encuentran en el Cementerio de La Recoleta. Constituye una de las figuras principales de la ciencia histórica argentina.  Angelis se había convertido en uno de los más importantes colaboradores de Juan Manuel de Rosas, fue un prolífico escritor, periodista, miembro de varias academias en el mundo,escritor del primer ensayo sobre Rosas, después de la caída de Rosas, se exilio a Montevideo y finalmente a Río de Janeiro. 
En 1935, se forma la Fuerza de Orientación Radical para la Joven Argentina (FORJA), un movimiento que seria clave para los grandes cambios políticos que engendraría Argentina del siglo XX.
En 1966 , El Gral. Juan Carlos Onganía asume la presidencia de la nación, tras derrocar a Arturo Illia, asumir es una forma de decir como el gral se apropio de un espacio que no le era legitimo. 
En 1974, Isabel Martínez de Perón se hace cargo de la Presidencia, otro momento crítico que debemos recordar, una presidencia que no sería tal, simplemente la vocera de intereses particular, el pueblo aun llora a Juan Domingo Perón. En 1987, Son profanados los restos del ex presidente Juan Domingo Perón, no sería nunca perdonado por las clases privilegiadas; ni aun hoy su nombre es sinónimo de causa nacional y popular, y enemigo de la oligarquía cipaya.
En 2011, el Senado aprueba la ley que declara de “interés nacional” la Producción Pública de Medicamentos, un avance más para la causa de los pueblos libres y soberanos.

martes, 23 de junio de 2015

¡Heroica Paysandú!

[La nota siguiente es una síntesis de la conferencia pronunciada el miércoles 10 de junio de 1964 por el Dr. José María Rosa con el patrocinio del Instituto Juan Manuel de Rosas]
"¡Heroica Paysandú! Yo te saludo 
hermana de la tierra en que nací, 
tus triunfos y tus glorias esplendentes
se cantan en mi patria como aquí".
Cantaba el negro payador Gabino Ezeiza y sus estrofas han llegado hasta nosotros, aunque pocos saben su significado. ¿Para quién, que no sea alguien versado en historia dicen algo los nombres de Leandro Gómez, Lucas Piriz, Federico Aberastury, y tantos héroes de la "heroica" que se sacrificaron por el pueblo contra el imperialismo? ¿ Quién recuerda las estrofas de Olegario Andrade que hace cien años repiten todos, grandes y chicos...?
"¡Sombra de Paysandú! ¡Sombra gigante
que velan los despojos de la gloria.
Urna de las reliquias del martirio 
¡Espectro vengador!
¡Sombra de Paysandú! Lecho de muerte
donde la libertad cayó violada
¡Altar de los supremos sacrificios! 
Yo te voy a evocar..."
¿Quién sabe hoy, después de un siglo de historia falsificada y enseñanza colonialista en nuestras escuelas, que en Paysandú, tierra oriental, empezaría esa grande, esa tremenda epopeya de la guerra del Paraguay, donde todo un pueblo hermano fue sacrificado por defender al pueblo argentino y oriental de la prepotencia de los imperialistas? ¿Quién no supone que Bartolomé Mitre que tiene estatuas, avenidas, pueblos con su nombre, fue un gran presidente, precisamente porque la historia oficial ha borrado de sus capítulos a Paysandú y a la guerra del Paraguay?.
La defensa del pueblo
Voy a explicar en las pocas palabras de esta nota lo que pasó en Paysandú hace casi cien años: en la noche del año nuevo entre 1864 y 1865. Para que se recuerde el año nuevo de 1964-65 ya que -a no ser que ocurra el milagro del restablecimiento de un gobierno popular- no habrá recuerdos oficiales de la inmolación de Paysandú.
La misma lucha que tenemos hoy, la tenían nuestros abuelos hace una centuria. Por una parte estaba un pueblo que quería ser libre y ser dueño de sus destinos, por la otra una oligarquía empeñada en mantenerlo en condición deprimente. Aquél estaba defendido por sus caudillos –que en esos tiempos eran el "sindicato" de los gauchos y artesanos-; éstos se apoyaban en las fuerzas extranjeras, o que engañaban a los suyos.
Eso pasaba en la Argentina de hace cien años. Juan Manuel de Rosas, gran jefe popular idolatrado por su pueblo, y que supo resistir con gallardía los embates de Inglaterra y Francia aliados a la oligarquía de los unitarios argentinos, había caído derrotado en Caseros volteado por el propio ejército argentino sublevado por su jefe, Justo José de Urquiza, pasado al imperio de Brasil –con quien estábamos en guerra –y de quien recibió dinero, armas y soldados. Contra ellos se estrelló el pueblo en Caseros el 3 de febrero de 1852.
Pero un orden tan firme como el federal no se derrumba de la noche a la mañana. El pueblo tenía conciencia de su posición y si había cedido a las bayonetas nacionales y extranjeras, costaba hacerle perder sus privilegios.
No era posible un gobierno sin apoyo del pueblo, por lo menos sin engañar al pueblo. Y aquí viene el papel de Urquiza, que al día siguiente de Caseros se declara caudillo, calificó a los oligarcas de salvajes unitarios e impuso la divisa roja del federalismo, el color del pueblo en la Confederación Argentina desde los tiempos de Artigas, Facundo Quiroga y Rosas. Urquiza, traidorzuelo sin grandeza, lleno de apetencias y sediento de dinero se dijo jefe del pueblo, habló del partido federal y usó la divisa colorada, y desgraciadamente fue creído. Todo era una comedia arreglada con los oligarcas para poder dominar de manera definitiva. Mientras clamaba contra los salvajes unitarios y hablaba del pueblo y sus derechos, se los fue quitando uno a uno. E impidió que otros grandes y prestigiosos caudillos federales resurgieran, como Nazario Benavídez, el valiente sanjuanino, asesinado en la prisión de su ciudad natal.
Pavón
Finalmente un día, cuando Urquiza creyó segura la cosa, se dejó vencer por Mitre. ¡Por Mitre, que jamás había ganado una batalla en su vida! Fue el vencedor aparente en la batalla de Pavón el 17 de setiembre de 1861, ya que Urquiza se retiró sin combatir dejando que a los federales los degollasen los mitristas.
Esto parece enorme, pero los documentos cantan. Urquiza se había arreglado con los mitristas por agentes norteamericanos y masones (está probado), comprometiéndose a perder la batalla de Pavón. A cambio de eso le dejarían el gobierno de Entre Ríos, gozar de su inmensa fortuna y acrecentarla con nuevos negociados; pero debería entregar a los pobres criollos que clamaban ¡viva Urquiza! creyéndolo un caudillo auténtico de los quilates de Rosas o Facundo cantaban la Refalosa partidaria y llevaban al pecho la roja divisa federal. Eso fue Pavón el 17 de setiembre de 1861.
Y ocurrió entonces que otro gran oligarca y degollador de gauchos – que en la historia oficial pasa por un viejito muy bueno, muy demócrata y muy amante del pueblo –, un tal Domingo Faustino Sarmiento, que pertenecía al partido unitario, aconsejó a Mitre el 20 de setiembre de 1861: "No ahorre sangre de gauchos, es un abono" que debemos hacer útil al país; la sangre es lo único que tienen de humanos.". Y el ejército vencedor en Pavón se lanzó a degollar gauchos, siempre claro está que los ganchos no se hicieran mitristas. ¿Cuántos degollaron? El número lo ha ocultado cuidadosamente la historia oficial, pero los revisionistas lo sabemos: fueron más de 20.000 en dos años. Una cifra que espanta si tenemos en cuenta que la argentina de entonces apenas pasaba de un millón de habitantes. Un uruguayo a las órdenes de Mitre – el general Venancio Flores - se paso a degüello casi todo el resto del ejército federal, en Cañada de Gómez 'el 22 de diciembre; los uruguayos. Sandes; Iseas, Arredondó, Paunero y el chileno Irrazaval degollaron a miles y miles de riojanos, cordobeses y catamarqueños. Por eso se levantó el General Ángel Vicente Peñaloza, el llamado el Chacho, que quería defender a los suyos. Chacho era un ingenuo que creía que Urquiza lo iba a ayudar a combatir a los mitristas. ¡Bueno!... No era culpa del Chacho solamente, porque todos los federales creían en Urquiza; decían que algún día Urquiza volvería de Entre Ríos para tomar la lanza y emprenderla contra los oligarcas. ¡Viva Urquiza! Y Urquiza vivía y aplaudía – en secreto – a Mitre y a Sarmiento. Así murió el Chacho; o mejor dicho lo asesinaron y Sarmiento mandó colgar su cabeza en lo alto de un palo. "No hay que ahorrar sangre de gauchos..." Y Urquiza que aparentaba alentar al Chacho lo alentó a Sarmiento.
En el Uruguay
Después de pavonizar la Argentina, los mitristas se fueron a pavonizar al Uruguay. Había allí un gobierno blanco, tradicionalmente amigo de los federales argentinos. No estaba a su frente un caudillo sino un abogado, don Prudencio Berro, buena persona que protegía a los criollos de su tierra. Por eso había que sacarlo; por eso y porque no les hacía mucho caso a los brasileños e ingleses que pretendían manejar al Uruguay. Como Mitre era aliado de los brasileños mandó al Uruguay al general uruguayo, pero que estaba a sus órdenes, Venancio Flores (el degollador de Cañada de Gómez) para que lo sacase al presidente Berro, se hiciera presidente él, y entregase el país a los brasileños e ingleses.
La "Cruzada Libertadora"
Claro es que para invadir el Uruguay, Mitre y Flores inventaron un pretexto. El presidente Berro andaba en conflicto con un canónigo de la Catedral de Montevideo expulsado de su cargo por meterse en política. ¡Ya estaba el pretexto! Aunque Mitre y Flores eran masones, levantaron en sus banderas una cruz y llamaron a su aventura "cruzada libertadora". Y así se lanzó Flores el 19 de abril de 1863 a libertar y los brasileños le mandaron plata. Y los católicos (no hablo de los buenos católicos, sino de los zonzos) lo apoyaron... Pero los orientales se defendieron. Nada podían los soldados mitristas y el oro brasileño contra el coraje criollo. Y no eran solamente los orientales blancos, porque muchos argentinos federales cruzaron el río al comprender que en la otra Banda se libraba la batalla por la libertad y por el pueblo.
El emperador del Brasil, que se llamaba Pedro II, quería acabar cuanto antes con la "cruzada libertadora". ¿Cómo era posible que un puñado de orientales resistiese a los batallones mitristas disfrazados de floristas y al dinero que se le mandaba desde Río de Janeiro? Y quiso intervenir en la guerra buscando un pretexto cualquiera: que la guerra civil era larga y molestaba a los brasileños con estancias en el Uruguay. Mitre dijo otro tanto. De la mano, Mitre y el emperador acabarían con los blancos uruguayos y pondrían a Venancio Flores en la presidencia de la República.
Paraguay
Pero entonces se oyó una voz desde el norte: el Paraguay. Gobernaba Paraguay un gran patriota que se llamaba Francisco Solano López, hombre de temple como se da pocas veces en la historia. La nuestra lo trata mal por haber hecho lo que hizo. No importa: mañana, cuando la Argentina sea de los argentinos, lo tratará muy bien; le levantaremos estatuas y borraremos la iniquidad de la guerra del Paraguay. López dejó oír su voz de alerta desde Asunción, cuando Mitre y Pedro II se disponían a comerse el Uruguay. "¡Cuidado!... ¡Manos afuera de la República Oriental, porque habría quien la protegiera! Al primer soldado brasileño o mitrista que atravesase sus fronteras, irían los paraguayos a protegerla." Y no era un chiste. Paraguay entonces no era lo que es ahora, después de la guerra donde lo aniquilaron. Era un gran país, con ferrocarriles, telégrafos, hornos de fundición y gran riqueza. Todo eso lo ofrendaría Solano López en beneficio de sus hermanos orientales y argentinos que gemían bajo Brasil, Inglaterra y el mitrismo. Vendría a libertar el Río de la Plata el bravo y corajudo guaraní, ya que su defensor, que debió ser Urquiza, se estaba tranquilamente en su palacio San José.
 
Historieta sobre la Guerra del Paraguay. Texto: Gabriel Solano López. Dibujos: Francisco Solano López. Clic para descargar
Paysandú
El ministro inglés en Buenos Aires, Mr. Thornton quería destruir al Paraguay, que era un país libre de ellos, que se permitía tener fundiciones de propiedad del Estado y no comprarle géneros de Manchester o Birmingham. Fue Mr. Thornton quien anudó la alianza mitrista-brasileña para invadir el Uruguay y acabar con los blancos, asegurando que Paraguay no se metería.
Y aquí viene lo de Paysandú. El ejército brasileño cruzó la frontera en el invierno de 1864 y se fue contra la ciudad de Paysandú, defendida por el general Leandro Gómez con un puñado de hombres; la escuadra brasileña, después de ser abastecida de bombas por Mitre en Buenos Aires, remontó el río Uruguay y bloqueó Paysandú. La ciudad, defendida por ochocientos o mil voluntarios, estaba sitiada por un ejército de 20,000 brasileños y floristas (afortunadamente para el honor argentino no llegaron a tiempo los mitristas) y una escuadra poderosa de quince buques, entre ellos algunos acorazados, con los cañones más potente s de la época.
El 6 de diciembre empezó el sitio, el épico sitio de Paysandú. De Buenos Aires, de Córdoba, de Entre Ríos, de Corrientes, miles de voluntarios argentinos fueron a pelear y morir si fuese necesario junto a Leandro Gómez. Pero Urquiza no los dejó pasar; hasta último momento se esperó que el caudillo argentino, a quien todavía se tenía por jefe del partido popular, cruzase el río y liberara Paysandú. Pero enfrente de ella, en su palacio de San José, desde el cual se podían seguir los pormenores de la lucha, Urquiza se limitaba a prometer que iría. ¿Iría?. Ya lo habían comprado los brasileños – muy en secreto, pero los documentos han sido encontrados porque nada queda ajeno a la historia – por casi dos millones de francos.
Le compraron a un precio altísimo todos los caballos entrerrianos, y eso significó un negocio para Urquiza, que embolsó una diferencia de 390.000 patacones de plata (más o menos dos millones de francos oro, algo así como trescientos millones de pesos de nuestra moneda). La condición era que se quedara quieto, pero prometiéndole a los suyos que iría a liberar a Paysandú. Porque si Urquiza no hubiese dado esta promesa y hubiese renunciado a la jefatura del partido federal, los argentinos solos hubieran liberado la ciudad.
Paysandú resistió 30 días el fuego de los cañones brasileños y la metralla de los regimientos floristas.
Con su guarnición reducida a poco más de doscientos hombres, sin municiones, sin velas siquiera para alumbrar las noches, Leandro Gómez seguía resistiendo entre las ruinas de la ciudad. El general brasileño – Propicio Menna Barreto – había prometido al emperador que la bandera brasileña ondearía en lo alto de Paysandú la noche de año nuevo; y ésta se acercaba y todavía estaba allí la oriental, iluminada por las granadas mitristas disparadas por los cañones brasileños. El último ataque, la noche de año nuevo, fue tremendo, pero la bandera oriental seguía allí. Finalmente, el 2 de enero, los defensores de Paysandú, que ya se defendían a cascotazos, fueron masacrados. A Leandro López se le fusiló como a casi todos los suyos. Entre los pocos que se escaparon por haberse escondido entre las ruinas, estaba un joven argentino llamado Rafael Hernández, cuyo hermano José (futuro autor de Martín Fierro) no pudo pasar desde Entre Ríos porque Urquiza no lo dejó. También quedaron Carlos Guido Spano, Olegario Andrade y lo más granado de la juventud federal argentina mordiéndose los puños de rabia por no haber podido pelear y morir en Paysandú. Mitre felicitó al almirante brasileño Tamandaré y al general Propicio Menna Barreto por su "hazaña". Pero, como era de rigor, desde el norte Francisco Solano López ordenaba a sus divisiones que empezaran la guerra para librar al Plata de la oligarquía. Y si no podían, para morir como mueren los patriotas.
Así empezó la guerra del Paraguay hace casi cien años.


CUANDO UN NOMBRE ES UNA OFENSA

En diciembre de 2007, un día antes de asumir la presidencia de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner conmovió a los presidentes latinoamericanos con palabras referidas a la constitución de un nuevo instrumento financiero destinado a reforzar la soberanía regional: el Banco del Sur. Lo que los conmovió no fue un concepto económico. Fue el reconocimiento de una de las más graves –tal vez la más grave- de las culpas que arrastra el Estado Argentino.

La presidenta electa reconoció, ante el presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, la vigencia de la más antiamericana de las guerras: la que la llamada Triple Alianza, llevó adelante contra el heroico Paraguay del mariscal Francisco Solano López.
Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz

Posadas-Encarnación

No han faltado los historiadores que rebautizaran como Triple Infamia a esa guerra fratricida. A esa guerra en que los ejércitos aliados estaban compuestos por afrobrasileños, a los que se les prometía quitar las cadenas de la esclavitud si regresaban con vida, y por argentinos que llegaban a los campos de reclutamiento acompañados de remitos como aquel conocido de “le mando cien voluntarios. Devuélvame las maneas.”
Esos gauchos no llegaban maneados por temor a pelear, por cobardía. Bien los expresaba don Ricardo López Jordán al exigir a Urquiza que abandonara la alianza espuria que lo ataba por los compromisos secretos con el mitrismo y los dineros públicos recibidos, una vez más, del Imperio esclavista: "Usted nos llama para combatir al Paraguay. Nunca, general, ese pueblo es nuestro amigo.”
El Paraguay de López había construido el primer ferrocarril, y el primer telégrafo del continente. Sin embargo, las oligarquías vecinas lo consideraban un pueblo bárbaro que había que civilizar, alentadas por el Imperio Británico.
Así se produjo la masacre. Cinco años después no estaba el tirano López en Asunción, pero tampoco había ferrocarriles, ni telégrafos. Tampoco había Paraguay, al decir de Carlos Guido y Spano:

Llora, llora, urutaú

en las ramas del yatay.

Ya no existe el Paraguay

donde nací, como tu.

Llora, llora, urutaú

Don Hipólito Yrigoyen canceló durante su presidencia la inicua deuda de guerra con que se había condenado al vencido. Juan Perón, devolvió en 1954 los trofeos obtenidos con el derramamiento de sangre hermana. Cristina Fernández pidió perdón al pueblo paraguayo en 2007.

Sin embargo, poco ha cambiado en la nomenclatura de las calles de las ciudades argentinas. Una reciente iniciativa propone reemplazar los nombres que evoquen batallas libradas en guerras civiles. Tal vez haya llegado la hora de que los nombres vergonzosos de Caseros y Pavón, en que se derramó sangre de hermanos, sean justicieramente sustituidos.

Con más razón, cuando se trate de nombres que ofenden, con recuerdos ignominiosos, la hermandad que está construyendo nuestro continente. ¡Como verían San Martín y Bolívar tales nombres que son la negación misma de su sueño de integración!
Nos resignamos a que el nombre del general que sólo ganó en Pavón, porque el enemigo le regaló la victoria, y el que apenas ha quedado victorioso en la llamada “guerra de policía”, en la que -si comparamos la población de entonces con la de 1976- se asesinó a muchos más que 30.000 argentinos, sobreviva en calles menores.
Pero es la negación misma de lo hecho por Hipólito Yrigoyen, por Juan Perón y por Cristina Kirchner, el que la avenida que lleva al puente que une nuestra Posadas, capital de Misiones, con Encarnación en el Paraguay lleve el nombre de Bartolomé Mitre.
¿No ha llegado la hora de reemplazar esa denominación ofensiva por una que haga referencia a la Hermandad de los Pueblos Suramericanos?
Enrique Manson
Enero de 2011

martes, 16 de junio de 2015

FRASES DE JOSÉ MARÍA ROSA

"Tengo fe en la Argentina: preveo gobiernos populares y, por lo tanto, nacionalistas"
"El patriotismo, como todos los valores sociales-la religión, el derecho, el lenguaje, etc- nace en las capas populares y crece de abajo arriba, como las plantas."

"Es el pueblo el que educa a las clases altas y no las clases altas la que educan al pueblo. No comprender esto es no saber una palabra de política..."

El historiador (el buen historiador) tiene mucho de profeta: como conoce y comprende el pasado, puede conocer y comprender el presente, y hasta predecir el futuro.


"Nuestra ley penal castiga con la más infamante de las penas al traidor a la patria, definiéndolo como 'quien presta ayuda y socorro al enemigo'; no dice que hay que levantarle estatuas. También el Código Penal castiga como apologista del delito a'quien hace el elogio de hechos castigados por la ley'; no dice tampoco que hay que hacerlo académico de la Historia"


"En las colonias la regla es la desigualdad social, en las colonias la libertad es para pocos..."


"La historia falsificada es un muro de piedra interpuesto entre nosotros y el pasado argentino"


"A la época de Rosas no se podía estudiarla. Era necesario negarla en bloque; condenarla sin juicio previo: tiranía y nada más"


"No es culpa de los de afuera, es culpa nuestra. Porque los factores de dependencia, de colonialismoson internos"


"No basta con decir que somos un país subdesarrollado y quedarnos contentos"


"Hubiera sido absurdo que un gaucho invocara el Art. 14 para escapar a la leva, o un quintero de las orillas pretendiera votar por el candidato de sus preferencias en los comicios"


"Existen dos historias, como existen dos Argentinas: de un lado la minoritaria y extranjerizante, del otro la popular y nacionalista"


"La noción de una patria-factoría apoyada en un relato histórico amañado, que intentó consolidarse después de Caseros ... pudo mantenerse, y a duras penas, mientas una sola clase social fue toda la Argentina"


"Rosas es un hombre que lucha contra su tiempo. Parece más de la segunda mitad del siglo XX ... que de la primera mitad del XIX que le tocó vivir cuando los imperios se extendían sin vallas, no gobernaban las masas y los intelectuales se perdían entre las palabras del liberalismo"


"A una edad en que los jóvenes se atiborraban en Buenos Aires o en Córdoba de latines y frases retóricas, y llamaban a eso aprender; la enseñanza agreste enseñó a Rosas a meditar y formar sus propios juicios y razonamientos"


"El problema esencial no es la figura de Rosas sino el criterio distinto que se tenga para juzgarlo"


"Rosas no eligió el lugar de su exilio: el Conflicto que lo llevó a Europa lo dejó en el puerto de Southampton, y allí se quedó los veinticinco años que le restaban de vida. Da la impresión de que, no siendo su patria, todo otro lugar era indiferente a ese gran criollo que fue Juan Manuel de Rosas"




José María Rosa


lunes, 15 de junio de 2015

Instituto de Estudios Federalistas.

1938 – Argentina
En la ciudad de Santa Fe se reúnen, entre otros, los historiadores José María Rosa, Alfredo Bello, José María Funes y Tulio Jacovella para crear el Instituto de Estudios Federalistas.

jueves, 11 de junio de 2015

NATALICIO DE MANUEL DORREGO

Hoy jueves 11 de junio, al cumplirse 228 años del natalicio de Manuel Críspulo Bernabé Dorrego, conmemoramos este aniversario en el cementerio de la Recoleta, donde se realizo una ceremonia de honor. Palabras alusivas a la fecha a cargo de Bergara Bertiche y Fernando del Corro, ambos miembros del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino y Latinoamericano Manuel Dorrego.
El evento comenzo a las 11 hs, en el mausoleo de Manuel Dorrego.
Junín 1760 - Recoleta.




miércoles, 10 de junio de 2015

INICIA DIPLOMATURA EN HISTORIA ARGENTINA EN LA PLATA

Hoy 18 hs en el Museo Evita de La Plata inicia Diplomatura en Historia Argentina con el No te pierdas clase del Prof Enrique Manson!

CON FUSILARME A MÍ, BASTABA Gral. Juan José Valle


En su exilio paraguayo, en la primavera de 1955, Juan Perón concedió una entrevista a la United Press. Además de las críticas a la “reacción oligárquico-clerical” que lo había derrocado y a la que auguraba poco tiempo en el poder, mencionó su fe en los peronistas, quienes asumirían ahora el protagonismo. “Les dejé una doctrina, una mística y una organización. Ellos la emplearán, cuando llegue la hora.”


Había dejado doctrina y mística, aunque pocos dirigentes habían demostrado tenerlas a las horas de prueba. Lo de “organización” estaba por verse. Pero si la mayor parte de los figurones, desgastados por diez años de poder, dejaron el protagonismo, el pueblo peronista tenía clara conciencia de que el gobierno caído era el propio, más allá de los errores y las claudicaciones que pudiera haber tenido, y los que gobernaban desde septiembre eran los contreras como se llamaba a los enemigos de Perón. Por si quedaran dudas, desde noviembre los sindicatos estaban siendo ocupados, con ayuda militar, por viejos dirigentes desplazados socialistas, radicales o comunistas. Y sobre todo, las condiciones de vida de los trabajadores caían rápidamente. Esto favoreció la formación espontanea de núcleos de resistencia. Inorgánicos, dispuestos a la lucha, pero con pocas armas, y con pésimos sistemas de seguridad que facilitaban infiltración de espías.


El sabotaje, las huelgas, la casa propia como refugio de los compañeros perseguidos por la policía se hicieron cosa de todos los días. Comenzaron los contactos entre núcleos, hasta que los generales Juan José Valle y Raúl Tanco se pusieron a la cabeza. Engañados como los trabajadores que sólo veían peronistas en los lugares que frecuentaban, supusieron que el levantamiento de algunos oficiales arrastraría al resto de las Fuerzas Armadas, al fin y al cabo mayoritariamente legalistas en septiembre. La dictadura gobernante, que contradecía su retórica democrática, la proscripción de los vencidos, la ocupación violenta de los sindicatos, las medidas antinacionalistas y el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, habrían defraudado seguramente, a la mayoría de los oficiales. Pero el ambiente militar estaba lejos de lo que soñaban los conspiradores. A las purgas de peronistas y nacionalistas había seguido el rápido cambio de camiseta de los oportunistas tanto más libertadores, cuanto más peronistas habían sido durante la tiranía.


El movimiento se proponía “restablecer el Estado de Derecho”, llamando a elecciones sin proscripción alguna en 180 días, levantando las restricciones a la libertad de prensa y poniendo en libertad a los detenidos políticos. Durante esos seis meses se revertiría la política económica y social antinacional y antipopular. Las Fuerzas Armadas serían reestructuradas “con vistas a las necesidades de la defensa” reincorporándose a aquellos que hubieran sido alejados por razones políticas. “Por ello, sin odios, ni rencores, sin deseos de venganza...llamamos a la lucha ...por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.” Era un lenguaje conciliador al lado de los primeros documentos que enviaba Perón desde el exilio o el manifiesto del Comando Nacional del Partido Peronista, firmado por Marcos y Lagomarsino el 24 de febrero, que denunciaba a “La Oligarquía sangrienta y Usurpadora” No impediría la sed de escarmiento.


La revolución estaba “vendida”, como diría años más tarde Reynaldo Benavidez. El gobierno, que había firmado antes del estallido el Decreto-Ley Nº 10.362 por el que establecía la ley marcial, dejó que los revolucionarios avanzaran en su proyecto. Había que dar un escarmiento. Valle no pudo instalar el transmisor que lanzaría la proclama por que los encargados de hacerlo fueron copados y reducidos. El general, imposibilitado de comunicarse con sus seguidores, quedó aislado. Ni siquiera pudo ordenar que se detuvieran las acciones. En la guarnición de Palermo los rebeldes fueron copados. En Campo de Mayo, los coroneles Cortínez e Ibazeta debieron rendirse casi sin combatir por la falta de noticias y la enorme superioridad enemiga. En Santa Rosa, el capitán Phillippeaux logró poner en el aire la proclama, pero debió huir al acercarse efectivos superiores. En La Plata, el coronel Oscar Cogorno logró apoderarse del regimiento 7 de infantería y envió una compañía a ocupar la Jefatura de Policía que suponía aliada. Desde el edificio fueron recibidos por intenso fuego. Pasó la noche sin noticias de Valle y, por fin, se retiró ante el evidente fracaso, intentando huir. Sin embargo fue reconocido por un patriota que lo delató y fue fusilado.










Se ha decretado la Ley Marcial


La represión fue tan feroz como calculada. Al comenzar el 10 de junio, se conoció un comunicado del vicepresidente Rojas: “Se comunica al pueblo de la República que se produjeron levantamientos militares...Se ha decretado la ley marcial en todo el territorio de la República.” El Decreto-Ley estaba firmado antes de que empezara la sublevación. Aramburu, ausente de la Capital, regresó de inmediato.


El gobierno no respetó siquiera su propia “legalidad”. En Lanús y José León Suárez se fusiló, por orden telefónica del jefe de Policía a civiles y militares capturados antes de la vigencia de la ley marcial . En Campo de Mayo se fusiló a militares ya juzgados por tribunales que habían desechado la pena de muerte. El ministro de Guerra, Osorio Arana ordenó volver sobre la cosa juzgada. Cuando se intentó conseguir una contraorden de Aramburu, la respuesta fue “El presidente duerme y ha dado orden de no ser despertado bajo ningún concepto.”



El presidente duerme


Entre otras atrocidades, se hicieron simulacros de fusilamiento a presos políticos y se sacaron refugiados de la embajada de Haití, salvados por la enérgica actitud de la esposa del embajador que enfrentó al caucásico general Cuaranta, y sobre todo por la intervención de la embajada de los Estados Unidos. Valle estaba oculto. Es imaginable la presión moral que sufriría ante las ejecuciones, cuando le llegó la versión de que los fusilamientos se detendrían cuando él se entregara. 

Lo hizo el martes 12, y fue enviado a la Penitenciaría, mientras el gobierno informaba que había sido capturado “siendo rodeada la manzana del escondite por efectivos de la Policía Federal.” Su hija Susana logró entrevistarse con monseñor Tato, quien gestionó un pedido de clemencia del Papa a Aramburu. Era necesaria la postergación de la ejecución por unas horas para lograr las comunicaciones con Roma. La prórroga no se concedió y Valle -el moderno Dorrego- debió despedirse personalmente de su angustiada hija, recomendándole, como el mártir de Navarro, que “no guardes amargura con nadie.” En carta a su asesino diría: Con fusilarme a mí bastaba. Pero, no, han querido escarmentar al pueblo…De ahí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos.

Con fusilarme a mí, bastaba
El presidente Aramburu ya se había despertado.

Enrique Manson 



9 de junio de 2015

CONMEMORACIÓN DEL NATALICIO DE MANUEL DORREGO


CONMEMORACIÓN DEL NATALICIO DE MANUEL DORREGO

El jueves 11 de junio, al cumplirse 228 años del natalicio de Manuel Críspulo Bernabé Dorrego, invitamos a conmemorar este aniversario en el cementerio de la Recoleta, donde se realizará una ceremonia de honor.El evento dará  las 11 hs, en el mausoleo de Manuel Dorrego.
Junín 1760 - Recoleta


viernes, 5 de junio de 2015

La Marina arroja 6.000 kg de bombas contra el país

Recordando los eventos del año 1955, ponemos a disposición la nota de Eduardo Rosa escrita para miradas del sur el año pasado.

Año 7. Edición número 317. Domingo 15 de Junio de 2014

La historia da lecciones. Y si estas lecciones no la aprovechamos corremos el riesgo de volver a cometer los mismos errores.
Yo, en junio de 1955 tenía 18 años recién cumplidos. En mayo, una semana después de mi cumpleaños, a unos compañeros y a mí nos había detenido la policía repartiendo volantes que nosotros mismos habíamos redactado e impreso en nuestro viejo mimeógrafo. El texto de los volantes era de poca importancia. Simplemente deslindaba del nombre Nacionalista a la actuación de la Alianza, convertida por entonces en un mero grupo de choque. Aclaro que yo militaba en la UNES (Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios). Mis dos camaradas –menores de edad– quedaron en libertad, en cambio yo, que ya había pasado por cinco días el umbral de los 18, fui por un mes al penal de Villa Devoto.¿Cuál era el delito?: “Atentado a la seguridad pública”.
No fue esa la primera vez que me detenían y no habría de ser la última. Pero no estamos aquí para relatar cosas tan insignificantes.
Sólo es explicable el 16 de junio de 1955 hablando del conflicto con la Iglesia. No nacen estas cosas por generación espontánea. Hubo un conflicto –como tantos que hubo en nuestra historia– y fue muy mal manejado desde nuestro lado y muy bien aprovechado desde la vereda de enfrente.
En su discurso del 17 de octubre de 1954 Perón señalaba tres enemigos: Los políticos, los comunistas y los “disfrazados de peronistas”.¿Quiénes eran estos “disfrazados”? A poco lo supimos. Los enemigos –lo señalarían artículos publicados en La Prensa, por entonces en manos de la CGT– eran “los católicos”.
Todo parecía indicar que se trataba del naciente Partido Demócrata Cristiano. Se dice que era una iniciativa del papa Pío XII quien lo impulsaba para una Europa amenazada por el avance comunista.
Allí comienza una cadena de errores y tonterías propagandísticas que Perón, viejo zorro de la política local, debió haber previsto.
Por entonces militaba en un grupo en el que estábamos algunos peronistas y otros que no lo eran. Los artículos de La Prensa y el clima que comenzaba a enrarecerse nos llevaron a reunirnos con un joven sacerdote jesuita en el Colegio del Salvador. Recuerdo que mi aporte fue intentar armar una contraofensiva desde el lado peronista. Pero me sorprendió la intransigencia tanto de algunos compañeros míos como del sacerdote. No; se debían atacar frontalmente esos brotes desde la institución Iglesia. Por entonces yo tenía 17 años y mi argumento no convenció. Pero mi conciencia quedó tranquila –yo había hecho lo que podía, que era bien poco–.
Finalmente llegamos al aciago día del bombardeo. Jóvenes pilotos, cuya educación y modelos profesionales fueron las guerras internacionales vistas en el cine, se imaginaron disolver el MAL destruyendo y aterrorizando al “enemigo”, obnubilados por la idea de combatir contra algo diabólico, idea que era fomentada y acicateada por quienes no buscaban casualmente que “venza Cristo”, como “Cristo vence” que para vergüenza de Cristo y de los cristianos verdaderos habían pintado en las alas de los aviones que arrojaron 6.000 kg de bombas y mataron niños, mujeres, radicales, obreros, empresarios, peronistas, y tanta gente que aún no se puede establecer su número.
El número correcto no quiso ser difundido oficialmente. Se impuso una censura de fotografías para no horrorizar ni exacerbar venganzas. Durante muchos años sólo se oyó la campana de la sedicente “Libertadora” que campearía tres meses después y sólo relataría una heroica reacción de marinos que no pudo llegar a cumplir sus altos fines (sólo tuvieron dos muertos y uno de ellos por suicidio) y una salvaje venganza de quienes tuvieron cientos de muertos “quemando las iglesias”.
Y sobre esto es interesante lo que trae Pedro Bevilacqua en su documentado libro Hay que matar a Perón.
Consigna Bevilacqua el testimonio del periodista Ricardo Day, quien al pasar por San Nicolás, de cuya torre salía una densa columna de humo, vio a un grupo de bomberos forzando la puerta con una barreta y se preguntó ¿Los incendiarios cerraron la puerta con llave? Investigó y supo que en las 8 iglesias quemadas (todas en el centro), las puertas estaban cerradas con llave. Que ningún vecino vio a nada paracido a una turba de asaltantes. Que preferentemente se había hecho fuego en las torres, para que el efecto chimenea MOSTRASE el incendio. Que en algunas se habían acumulado cajones y pedazos de cubiertas para hacer mucho humo. Que TODAS habían recibido un aviso el día anterior de que no hubiese sacerdotes. Que los civiles complotados fueron advertidos de que “se esperaba la quema de algunas iglesias, pero que no debían intervenir”. Y finalmente que salvo la Curia, cuyo incendio se produjo por una bomba de aviación, el resto de los incendios había comenzado antes de que terminase el bombardeo a la plaza.
No sirvió para mucho la tardía apertura de las radios a la oposición ni sus llamados a la cordura pocos días más tarde. El 30 de agosto Perón cambiaba de rumbo, y con el famoso discurso de “por cada uno de nosotros caerán cinco de ellos” intentaba volver a reunir su desconcertada tropa y hacer un punto fuerte desde el que se pudiese negociar... pero ya se habían cometido demasiados errores de ambas partes para solaz del imperialismo, que nos tenía como un forúnculo a extirpar...
Ya los argentinos estábamos sumergidos en la locura.
Por eso, como les dije al principio: LA HISTORIA NOS DEBE ENSEÑAR PARA NO COMETER LOS MISMOS ERRORES.
Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego www: institutonacionalmanueldorrego.com - Dirección: Rodríguez Peña 356. CP: 1220 CABA Argentina - Teléfono: 54 11 4371 6226
Las opiniones vertidas en este suplemento corren por cuenta de sus autores y están abiertas al debate. Mail: contactos@institutodorrego.gob.ar - contactos.institutodorrego@gmail.com

miércoles, 3 de junio de 2015

A UN AÑO DE LA DESAPARICIÓN FÍSICA DE González Arzac

Alberto González Arzac fue un día a visitar a su madre sin anunciarse, como solía. Grande habrá sido su sorpresa cuando encontró que la señora estaba atendiendo a un correcto caballero, que había aceptado el convite de un café. El señor de marras no se había identificado, y se había limitado a preguntar por el abogado, por lo que la dueña de casa lo supuso un amigo o conocido de su hijo. En realidad se trataba de un enviado de Eduardo Massera que le transmitió el interés del almirante por tener una entrevista.

Preocupado, el invitado le contó el episodio al ex ministro Ángel Robledo y le pidió su consejo. Éste, que conocía el paño, le preguntó entonces si prefería ir a visitar al ex COARA en un taxi “o en un Ford Falcon con una capucha en la cabeza. Eso sí”, le recomendó, “no deje de llamarme en cuanto salga de la entrevista, yo estaré esperando y si pasa más de un par de horas sin que usted me llame, empezaré a moverme para ubicarlo”.

Con panorama tan alentador, fue a la entrevista. Massera ya no tenía el poder omnímodo de antaño y lo recibió como hijo de un camarada. Su padre había sido, claro que antes de 1940, oficial de la Armada. ¿Cómo el hijo podía ser tan desamorado hacia la familia naval? Alberto litigaba por esos días –en que todavía desaparecía gente- representando a José María Rosa contra Massera y sus cómplices Videla y Agosti. Naturalmente, le respondió que él no tenía ninguna enemistad con la Armada Argentina, sino que se trataba de la defensa de su cliente. Massera lo dejó ir con vida. Es de suponer que durante algún tiempo nuestro amigo habrá aguzado sus precauciones y mirado con mayor preocupación las sombras que se le menearen delante, aunque éstas no lo asustaran, como dice el poeta.

Descendía de próceres. Algún partidario del virrey Cisneros había denunciado con resentimiento la participación en la revuelta del 25 de mayo, de un grupo de manolos embozados que amedrentaban a la gente decente arrastrando sus sables ostensiblemente. Los mandaba “French, el del correo, Berutti (oficial de las Cajas) y un Arzac que no es nada (y que se decían) representantes del pueblo”. El tal Arzac, no sería nada, pero, ocupaba espacio, ya que se dice del que medía más de dos metros.

Nuestro amigo no tenía la estatura física de su antepasado, pero le sobraba coraje como lo muestra su aventura con el chacal de la ESMA. Había nacido en Mar del Plata en 1937, estudió derecho en la capital de la provincia y, como estudiante de La Plata, no le quedaba más remedio que ser pincharata. Fue también en La Plata donde comenzó su militancia radical, que lo llevó a compartir tribunas con Balbín y Frondizi. Sin embargo, el carácter dictatorial, y sobre todo la naturaleza antinacional y antipopular de la Libertadora lo fue acercando al peronismo.

Era ya un seguidor de su maestro en el derecho constitucional, el entrerriano Arturo Sampay sobre el cual desarrolló infinidad de publicaciones, pero sobre todo, se convirtió en su más completo intérprete y en el mejor difusor del pensamiento del padre de la Constitución de 1949.

Tuvo militancia en el sindicato judicial platense, y fue hombre de la resistencia. También reconocía como maestro a Pepe Rosa, y su condición de letrado del maestro lo llevó a los peligros que mencionáramos. Autor de innumerables libros, lo suyo fue más allá del Derecho y de la Historia. Con su mujer, Marisa Uthurralt se ocupó de la música ciudadana y entre los productos de ese afán contamos el invalorable Tango aborigen y, ya sólo, Tango y política.

Su condición de historiador lo llevaría con justicia a presidir al Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, en el que no se limitó a cumplir con una trayectoria burocrática, sino que no vaciló en apretar algunos callos.

Gran amigo de Fermín Chávez, mostraría su condición de dibujante continuando, luego de la muerte del historiador de Nogoyá, su publicación casera, cultural y humorística LA MORCONA DEL ZANJÓN, en la Fermín nos mandaba imaginarios mensajes desde el cielo.

Su trayectoria lo llevó, al asumir en 1989 un gobierno que se definía como peronista, a la Inspección General de Justicia de la Nación, a la que renunciaría ante la política de entrega llevada adelante por el presidente que se vanagloriaba de ser el mejor alumno del imperialismo explotador.

La vida le reservaría la revancha de que otro gobierno, éste sí auténticamente nacional y popular, lo eligiera como abogado del estado en las acciones legales que trataban las tropelías de Papel Prensa.

Reconocido por la legislatura porteña como Personalidad Destacada en el Ámbito del Derecho, la Historia y la Cultura, Tuvimos el privilegio, de que el  Instituto Nacional Manuel Dorrego le entregara, un mes atrás, un reconocimiento a su obra historiográfica. En esta oportunidad Eduardo Rosa estuvo a cargo de la distinción y lo definió como un militante del pensamiento revisionista. González Arzac manifestó la emoción de recibir un premio que lleva el nombre de su maestro: José María Rosa. “Pepe Rosa es un hombre al que he querido muchísimo. No solo fue mi profesor, sino que en momentos muy difíciles fui su defensor, y un entrañable amigo.” 

Eso mismo, un entrañable amigo, además de maestro y compañero, es quien hoy nos ha dejado. Con su obra ha quedado el recuerdo de su hombría de bien y de su permanente alegría de vivir, imprescindible, como decía Jauretche, para producir gestas revolucionarias.

Enrique Manson


Junio de 2014

5ra. Clase del Seminario “Luche y vuelve”


5ra. Clase del Seminario “Luche y vuelve”

El Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manual Dorrego, a través del Centro Documental y Biblioteca José María Rosa realizo el quinto Encuentro del seminario "LUCHE Y VUELVE”,
Este se desarrolla durante los meses de mayo y junio, en el horario de 19:00 a 21:00 hs, y cuenta con la coordinación del Miembro de nuestro Instituto, Enrique Manson.
Trata sobre la historia del movimiento juvenil de los 70, dentro de la resistencia peronista, el fracasado proyecto de exterminar al peronismo, la lucha por el retorno, y la participación de los movimientos juveniles en la misma. Luche y vuelve, en el Instituto Dorrego con la presencia de invitados especiales.
La clase del martes 2 trato sobre la presencia militar en la política argentina de los años ’60,se realizo junto con el profesor Manson y el testimonio del general Fabián Brown en calidad de testigo y protagonista.
MÁS INFORMACIÓN:
La inscripción es libre y gratuita y usted podrá inscribirse vía telefónica al 011-43716226; por correo electrónico a seminariodorrego@institutonacionalmanueldorrego.com, o personalmente en la sede del Instituto, sita en Rodríguez Peña 356 CABA.

Biblioteca José María Rosa y su personal se adhieren a #niunamenos


martes, 2 de junio de 2015

PALABRAS DE LIDER

Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo, bienvenidos los que critican, los invitamos a mejorar el proyecto popular. 
Si no ayudan serán los traidores que solo saben criticar y que ademas benefician al enemigo del pueblo 
Juan Domingo Perón

SUPLEMENTO Nº5 PEPE ROSA

SUPLEMENTO Nº5 PEPE ROSA junio 26, 2017 Suplemento especial Nº 5 UNA MUCHACHA DE LOS TOLDOS En 1935, plena Década Infame...