¿Qué
fue Perón para los humildes?
Alguna
vez, Saúl Ubaldini contó cómo había conocido el mar. Alumno
destacado en la escuela primaria, el futuro líder de la CGT ganó un
concurso cuyo premio consistía en un viaje a la Colonia Turística
de Chapadmalal, cerca de Mar del Plata.
Muchas
veces me tocó escuchar cómo contemporáneos míos habían llegado
por primera vez a los zapatos de cuero, a la pelota de futbol, a la
muñeca, gracias a Evita o a Perón.
Hace
unos años integré un panel en el que se hablaba sobre el peronismo
ante un auditorio de estudiantes de historia. Lo compartía con un
dirigente de municipales que dedicó su exposición a contar cómo
su infancia, marcada por la pobreza y las privaciones, había
cambiado profundamente cuando el peronismo mejoró las condiciones de
las familias humildes. El –pese a que ya adulto militaba en el
partico comunista- había tenido entonces sus primeros zapatos de
cuero.
Mi
niñez fue diferente. En la familia de un funcionario público de
mediano rango y una maestra, con sus cuatro hijos, en la que se vivía
austeramente. Siempre que los necesité tuve zapatos de cuero, no me
faltó la pelota de futbol y, como se puede suponer, sólo mi hermana
menor jugaba con muñecas.
Más
de una vez me pregunté si había recibido algún beneficio material
directo del peronismo. Visité la Colonia de Chapadmalal, aunque no
por méritos escolares, ya que no era un alumno destacado como
Ubaldini.
Mi
adhesión al peronismo surgía de ideas y valores y se había
fortalecido con el estudio. Me apasiona la política internacional,
la tercera posición independiente, la integración promovida desde
la alianza con Brasil y Chile en los ’50. Me admiraba la figura del
Perón estadista, el que llevaba a la Argentina a protagonizar la
política grande del mundo del siglo XX. Esto no significaba un
menosprecio del tema social, de la justa distribución de bienes y
servicios. Del ingreso de argentinos humildes en el mundo
contemporáneo.
Fue
mi más reciente visita a esos hoteles de Chapadmalal, la que me lo
hizo vivir, con toda su fuerza, esa realidad.
En
el libro de visitas del Museo Eva Perón de los hoteles Rafael Rivero
había escrito GRASIA
PERÓN Y EVITA POR CONOSER EL MAR.
Enrique
Manson
Julio
de 2014
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